Compañeros:

El Pleno de este órgano jurisdiccional ha tenido a bien designarme como Presidente durante el periodo comprendido del dos mil veinte al dos mil veintidós, agradezco a mis compañeros su confianza.

La encomienda constituye un alto honor y es también una responsabilidad que me compromete a trabajar con dedicación y esmero.

En la reforma constitucional de dos mil quince en materia de combate a la corrupción, se estableció el mandato para que las entidades federativas crearan tribunales de justicia administrativa, dotados de plena autonomía, los cuales tienen entre otras, la importante función de dirimir las controversias que se susciten entre la administración pública y los particulares, además de atender los asuntos en materia de responsabilidad administrativa.

En cumplimiento a ese mandato, se reformó la Constitución Política del Estado para establecer la naturaleza y competencia de este Tribunal.

Desde que se instaló este órgano jurisdiccional ha funcionado para atender a la ciudadanía, guiado por los principios de autonomía, legalidad, honestidad, austeridad, transparencia, lo cual ha sido posible gracias a la atinada conducción del Tribunal durante sus primeros dos años.

Estoy convencido de que la justicia administrativa es fundamental en la consolidación del Estado de Derecho, puesto que se constituye en garante de los derechos humanos de muchas personas que cada día, entran en contacto con la actividad administrativa del Estado.

Un tribunal de justicia administrativa como el nuestro, constituye en ocasiones la última oportunidad para que una persona mantenga a salvo sus derechos.

Es ahí fundamentalmente donde actúa nuestro Tribunal y esa es la justicia cotidiana que más importa, porque se traduce en el bienestar de las personas al brindar certeza y solución a diversas problemáticas, lo que se traduce en la necesidad de consolidar la justicia administrativa en nuestro Estado, y ser conscientes de que la labor que realizamos es de suma importancia para los individuos.

Uno de los retos que corresponderá atender en el período que inicia es la profesionalización como una premisa básica, que nos permita abordar los problemas de mejor manera, acercándonos a la única respuesta correcta en cada caso, una que no solo sea jurídicamente válida sino intrínsecamente justa.

La consolidación de la que hablo demanda un gran esfuerzo, pues implica la necesidad de revisar y rectificar las propias ideas, los criterios y los argumentos, al hacerlo, estaremos emitiendo cada vez mejores sentencias y cerrando la brecha entre las personas y la justicia.

Justicia pronta, expedita y completa, es el mandato constitucional, y es la demanda de los veracruzanos, esa debe ser nuestra vocación.

Muchas gracias.


Roberto Alejandro Pérez Gutiérrez

Magistrado Presidente

Torre Olmo, Piso 3, Distribuidor Vial Las Trancas No. 1009

Col. Reserva Territorial C.P. 91096 Xalapa, Veracruz

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